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Diez cosas que le cuenta la tiroides

Se habla mucho de mí. Y me achacan problemas de sobrepeso y cáncer. Sepa cómo cuidarme.


Tiroides

Soy su tiroides. Y en realidad soy una pequeña glándula en forma de escudo, o de mariposa, domiciliada en su cuello; justo por debajo de la laringe o de la manzana de Adán en los señores, para que se ubique mejor.
En realidad, no me manejo sola y hago equipo con la pituitaria otra glándula y el hipotálamo ambos dentro de su cabeza y con otras glándulas del cuerpo para ordenarles eso que llaman metabolismo; es decir, el ritmo al que usted vive.
Mi tarea, valga decir, la hago a través de dos mensajeros, llamados hormonas tiroideas, que las fabrico a partir del yodo que usted se come. Ellas, las hormonas, viajan por la sangre y participan en muchos de sus procesos, como la digestión, la fertilidad, la regulación de la temperatura y el peso y hasta el envejecimiento.
Mi intención es que me conozca mejor, y para eso le quiero contar estas diez cosas que, sin duda, nos pondrán un poco más cerca.
1. Me muevo sobre todo
Mis acciones regulan las funciones de todas -entienda bien- sus células. Yo las estimulo para que utilicen de la mejor manera los nutrientes y el oxígeno, para que se mantengan sanas, funcionen de manera adecuada y cumplan su papel en la buena marcha de su cuerpo. En otras palabras, regulo el metabolismo.
2. Actúo con el hígado
Como ya le dije, todo lo hago a través de dos hormonas: la tiroxina (T4) y la triyodotironina (T3). Yo las fabrico, pero es el hígado el que se encarga de activarlas. Así que si su hígado no funciona bien, las cosas irán mal y su cuerpo reflejará los síntomas como si la enferma fuera yo.
3. El hipotiroidismo
Cuando por muchas razones me afecto, no produzco hormonas en las cantidades adecuadas. Eso hace que todos sus procesos corporales comiencen a volverse lentos. Lo puede notar porque siente más frío, se fatiga, tiene pereza, se le olvidan las cosas, está aburrido y hasta tiene estreñimiento. Eso se llama hipotiroidismo.
4. Me regulan desde el cerebro
Una hormona producida en la hipófisis es la encargada de estimularme. Le cuento esto porque lo más seguro es que ha escuchado hablar de la TSH, que en realidad es la hormona estimulante de la tiroides, una especie de interruptor que hace que yo me active o me desconecte.

Para que me entienda: cuando el nivel de mis hormonas se baja en la sangre, la hipófisis aumenta la producción de TSH y ella me ordena que produzca y libere más hormonas; y, al contrario, si están elevadas, la TSH deja de actuar, y me tranquilizo y no fabrico más.
5. Cuando funciono menos
Como dije, yo dejo de funcionar por algunas cosas como los males autoinmunes, en los que las propias defensas de su cuerpo me atacan. También, cuando por algunas razones tienen que retirarme un pedazo o me sacan completamente; de igual forma, si me tratan con radiaciones, me inflamo, me falta el yodo, la hipófisis deja de funcionar, o por problemas congénitos o algunos medicamentos que me lesionan.
6. Clave en el embarazo
Para satisfacer las necesidades metabólicas de un embarazo, el cerebro de las madres me estimula para que produzca más hormonas y así garantizar el metabolismo del proceso de desarrollo embrionario. Soy tan importante que, en el feto, comienzo a funcionar a las 18 semanas.

Aquí tengo que decir que si mis hormonas no son suficientes en esta etapa, el niño tendrá problemas en sus capacidades orgánicas y mentales. De ahí que recomiendo que me vigilen mucho, antes y durante el embarazo.
7. Cuando todo se acelera
Cuando me entusiasmo y produzco más hormonas de la cuenta, le acelero todas las funciones del cuerpo. Eso lo puede notar porque le dejo síntomas como nerviosismo, irritabilidad, aumento de la sudoración, palpitaciones, temblor de las manos, ansiedad, dificultad para dormir, adelgazamiento de la piel, cabello fino y quebradizo y debilidad muscular.
8. Ayudo con el colesterol
Usted tiene que saber que, en ocasiones, el colesterol alto es producido por mi mal funcionamiento. Por eso le ruego que a la par que se vigilan las grasas en su sangre, me dé una buena revisada.
9. Difícil de diagnosticar
No lo quiero molestar, pero a menudo, cuando estoy funcionando bien, los síntomas que produzco no son muy claros, porque aparecen de manera gradual y pueden pasar desapercibidos. Por eso le dejo con esta nota un cuadro con los más comunes, para que consulte si tiene algunos de ellos.
10. Revíseme con cuidado
Es claro que si los síntomas y el cuadro clínico lo ponen a sospechar sobre mi estado, es obligatorio que me vigile a cualquier edad. Pero si no hay síntomas, a partir de los 35 años debe chequearme cada año. Recuerde que les complico la vida con mayor frecuencia a las mujeres mayores de 60 años, así que a revisarme.
Además, cuando llega el cáncer
Según la Asociación Americana de Tiroides, “el cáncer en esta parte del cuerpo es relativamente raro, en comparación con otros cánceres”. Usualmente responde muy bien al tratamiento, y frecuentemente se puede curar con cirugía; y, cuando esté indicado, con yodo radiactivo. Pese a que esté avanzado, existe tratamiento efectivo, añade dicha asociación.

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