Es entonces cuando el miedo empieza a apoderarse de uno, pues no se encuentra explicación médica a los trastornos. En estos casos, lo mejor es conocer en profundidad el estado de ansiedad y acudir sin reparo, y si es posible, a un psicoterapeuta para que nos oriente.
Muchas veces es imposible averiguar la causa de la ansiedad, sobre todo porque se trata de un proceso inconsciente. Aunque lo ideal es encontrar los motivos que llevan a pensar de forma negativa y sufrir los síntomas típicos de la ansiedad (ver recuadro anterior), también es posible tratarla sin conocer su detonante principal.
Es más, no suele existir una causa aislada, es decir, no hay ningún depredador que atente contra nuestra vida.
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